La manzana es una fruta muy particular distinta a las demás y emparentada con muy pocas. No existen demasiadas frutas cercanas a la manzana como lo son la naranja y la mandarina por ejemplo. O la ananá y el melón.
Como todas las cosas elementales de nuestra vida cotidiana, las mismas cargan con un simbolismo excedente más allá de lo que son realmente. La manzana por su parte es representativa del conocimiento, tal vez porque muchos grandes pensadores la han utilizado para ejemplificar sus teorías o sus experimentos. Isaac Newton, uno de los matemáticos y pensadores más importantes de toda la historia de la humanidad, utilizo la manzana para explicar la ley de la gravedad como también los principios de la luz y las leyes de la óptica ante la pregunta de si el color rojo de la manzana es propio de ella como objeto o si el color esta en la luz. Socrátes también estaba interesado en usar la manzana como objeto referente de sus pensamientos.
Singularmente se descubrió ya hace mucho tiempo que la manzana contiene muchas proteínas muy importantes para las células que componen el sistema nervioso, puntualmente el sistema nervioso central, en un aporte muy interesante de proteínas que se usan en la sinapsis química, como también brinda las proteínas necesarias para mantener la vaina de mielina.
La manzana también es citada en la biblia como el fruto del conocimiento, el conocimiento como pecado y otras frases que sirvieron de sustento para las macabras políticas del gremio de la Inquisición que asesino a las grandes figuras de la edad media, entre ellos Arquimides, Copernico, Galileo Galilei y muchos otros más.
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