Dicen que muchas delas obras más increíbles de la historia fueron inspiradas por unas simples nubes. Y porque no creer en lo que cuentan los autores acerca de sus creaciones, si tantas veces hemos visto formas conocidas, objetos y personas en como se acomodaban las nubes.

Seguramente las nubes fueron el inicio de muchas cosas pero su valor en el mundo esta más allá de lo que nos pasa a nosotros los seres humanos. Las nubes son aquellas que nos protegen de los rayos más dañinos del sol. Son capaces de mantener la atmósfera equilibrada y pertenecen al ciclo del agua como al del oxigeno en la tierra. La formación de nubes permitía filtrar el agua de la superficie de minerales nocivos para la vida como la sal y el hierro. Hoy existen componentes tóxicos creados por nosotros mismos que ni la formación de las nubes puede filtrar del agua.

Las mismas también se ven invadidas por las grandes cantidades de monoxido de carbono que enviamos al cielo, el famoso smog o humo, que sale de las fabricas de las chimeneas, de los carros y de muchas otras maquinas que utilizamos para la vida que conocemos.

Una de las vistas más maravillosas y a su vez tremendas es la de las nubes en una tormenta tornándose negras y verdes, cargadas de rayos. Un espectáculo fascinante y aun hoy con aristas incomprensibles.

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