Los soldados nacen y crecen en un ambiente de servicio, de saber que su vida es en pos de algo… De un bien mayor, de un bien hacia la Patria, de una lucha por la supervivencia de creencias y tradiciones.
Ser soldado no sólo es un deber, sino toda una forma de vida. La familia del soldado se adapta a largas temporadas sin él, esperando por novedades, mientras él sirve a la Patria en diversos conflictos o servicios especiales… Ser familiar de un soldado, además de un orgullo, es estar pendiente de las noticias más que antes, esperar las cartas y las llamadas como confirmaciones necesarias de que todo está bien, de que pronto volverá.
Sin dudas, lo más emocionante de ser soldado es el regreso a casa. Con anécdotas de cada paso por otros territorios, las amistades hechas y los dibujos de soldados que, en tu cabeza, relatan otros tiempos.
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